junio 18, 2009

Votar, ¿Para qué?; No votar, ¿Por qué?

Cinco de julio, elecciones de Diputados Federales. Hago dos preguntas al ciudadano común y a la juventud del país: ¿Conoce usted a los candidatos de su distrito? ¿Conoce sus propuestas y métodos para cumplirlas?; independientemente de la respuesta, ¿Votarías o no? ¿Por qué y para qué? Preguntas para ponerse a pensar en serio y muy sesudamente. Juventud, el nicho que más beneficios puede dejar en estas y otras elecciones, y si no, basta enterarse hacia qué sector se enfoca el trabajo político y de campaña que tienen los partidos registrados actualmente.

Bien, la juventud (como sector de población y como etapa de desarrollo), protagonista de últimos grandes cambios que han ocurrido en México y en el mundo (década del sesenta y posteriores, estudiantes, los grupos “alternativos” caracterizados por su estética y música, etc.) hacen de esta etapa la etapa ideal para ponernos a pensar, analizar, criticar y concluir algunos aspectos de la vida política, nacional, económica y social del país y del mundo.

En este contexto nacional, el siguiente acontecimiento político “oficial” que se viene son las elecciones mencionadas arriba; después de las preguntas planteadas, habrá que responder las del título. Para qué votar… demasiadas ideas se nos pueden venir a la mente justo ahora, que si elecciones limpias y transparentes, una mejor democracia, cambiar el país (más lento que eficaz seguramente…) y un sinfín de etcéteras, los cuales, vienen a ser ideas “positivas” o “buenas”, así calificadas por los medios de comunicación y el común de la gente que sigue con la esperanza puesta en el sistema de elecciones en México. Claro, las ideas “negativas” no tienen cabida, para qué votar si nada cambia, para qué votar si solo elegimos quien nos exprima más vía impuestos y no recibamos beneficio alguno… salga usted pregonando eso a la calle y corra lo más rápido que pueda, antes de ser insultado o golpeado o incluso arrestado, recuerde, México es el país donde los medios dictan qué pensar, decir y hacer, y eso seria un contrasentido respecto a ellos.

Ahora bien, por qué no votar… esta pregunta ha tenido infinidad de respuestas en los últimos meses, resultado del hartazgo obvio de muchos sectores sociales que han visto elección tras elección, cómo sus necesidades no se ven satisfechas. Los partidos obviamente ven amenazada su existencia, sobre todo los “morralleros”, esos colados que maman de la ubre que el gobierno tiene para asignar recursos a los partidos con registro. El fantasma del abstencionismo los espanta, creciente últimamente en México, pero éste también es el resultado de la insatisfacción de la población causada por los partidos políticos, sus candidatos, sus pobres propuestas pero sobre todo, sus nulos resultados ofrecidos a quienes los eligieron para “representarlos”.

Voto blanco, voto nulo, abstención. Tres formas de expresar el rechazo al sistema político mexicano, la cuestión es su efectividad y surgen muchos debates al respecto: que si el voto blanco o el nulo a pesar de ser un nímero más en los resultados, de expresar rechazo, etcétera, legitima el proceso mismo al presentarse a emitir el voto anulado… que si la abstención cambiará en algo al sistema, si de todas maneras las hordas correspondientes a cada partido y los besamanos van y sufragan y eso valida la elección misma; pareciera que no se tiene otra alternativa al respecto, si después de todo, con un voto emitido, se da la victoria a X candidato.

Pero las alternativas de cambio son muchas y variadas y han aparecido con más fuerza en el México de al menos las ultimas dos décadas: ONGs, ACs, la idea de las candidaturas independientes, organizaciones políticas fuertes y autónomas; sin embargo, el avance mostrado no es mucho.

México afronta una crisis política, de seguridad y económica. El rechazo al sufragio y las campañas para emitir un voto en blanco o anulado son el resultado de la situación nacional en donde ni siquiera se puede asegurar que el actual Presidente de la República, fue elegido democrática y popularmente, una nación dividida, en donde las elecciones, los partidos y los candidatos parecen ser parte de aquellos que aseguran la legitimidad del Presidente, de aquellos que aseguran existe la democracia en México, de aquellos que forman parte de la gran nómina gubernamental, de aquellos burócratas que obedecen ciegamente, y ¿por qué de ellos? Porque ellos parecen ser los únicos beneficiados con este sistema, con los resultados que arrojan las elecciones mismas.

Pero también existen los otros, a los que ya no convencen los partidos ni sus candidatos, los que dudan y niegan la actual Presidencia de la Republica, los que sólo sirven para emitir un voto para “construir la democracia” (como si los candidatos emanaran del pueblo mismo) pero jamás ver en qué se convierte o para qué sirve ir a las casillas cada domingo, los otros, los que ya no creen en el sistema político-electoral mexicano, que no creen en el IFE ni en los Institutos Electorales de cada estado, los que no obtienen ningún beneficio de las elecciones y que solo sirven para legitimar los procesos, los que llevan años preguntándose para qué sirven los diputados, senadores, gobernadores y alcaldes, ya no se diga Presidente de la República…

De este tamaño es la polarización actual en México, pero también, de ese tamaño es la realidad en México, las protestas, campañas anti-elección, son una mera adaptación de la realidad que se vive en México; son más los que no creen ya en el sistema actual.

Si votamos, ¿Qué o quién nos garantiza erradicar el vicio campaña-elección-candidatos electos-olvido para los electores? Y si no votamos, ¿Qué o quién nos garantiza que este vicio no seguirá? Ésa es la cuestión, votar o no votar, la recomendación es acudir a votar, por X o por Y o para expresar el desacuerdo con el sistema… la recomendación también es no votar para reducir el número de partidos que exprimen a este país subdesarrollado y pobre, deslegitimarlos cada vez más hasta, por qué no, llegar al desconocimiento total del sistema. La decisión está en cada ciudadano consciente de sus actos y responsable de los mismos (ahí radica el meollo del asunto: conciencia y responsabilidad).

Mi recomendación es votar y no votar; y mientras ellos, los que tanto proclaman su “Estado de Derecho” asignan a sus ganadores, perdedores y demás personas que se enriquecerán “lícitamente” a costa del pueblo que trabaja, sigamos construyendo alternativas nosotros, los otros, para poder algún día, tomar lo que siempre nos ha pertenecido pero que se apropian ellos, lo que es del pueblo; la camarilla que legitima su existencia con elecciones cada determinado tiempo, al pasar del tiempo, agravarse las crisis y con ello mostrar su indiferencia por sus “representados”, cada vez se hace más pequeña, la inconformidad reina en el país, solo quedan los besamanos, los “acarreados” y los militantes de cada partido; de este lado, crece el rechazo hacia todos ellos… Tenemos el caldo de cultivo ideal para cambiar radicalmente (entiéndase como “de raíz”, no por sus métodos) la nación, la patria… ÉSA, es la decisión más importante que debemos tomar en México en este contexto actual, no la de enriquecer a un candidato que no conocemos y que, de acuerdo a la historia, no representará nuestros intereses, equiparándose esto como burla hacia el ciudadano que vota.

2 comentarios:

  1. Y, entonces ¿Cual es la propuesta? O no tienen propuesta. Por lo menos reconozcanlo.

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  2. La propuesta es la oganizacion con el pueblo, gane quien gane, el cambio segun nuestra concepcion debe darse construyendo una estructura de trabajo aparte, si solapamos por medio de nustro voto a este sistema electoral disfuncional solo generaremos parches. Claro que si dentro del sistema hubiese una alternativa de avanzada de izquierda seria lo ideal votar por ella, aunque no fuera su prpuesta de un gran cambio, pero seria generar una alianza contra el pan y pri, es decir, esto cambia depende la circusntancia, es en terminos politicos no en terminos pasionales ni radicaloides. Por cierta la propuesta se puede ver en el trabajo que se esta haciendo en pasta de conchos, la gente zapatista en chiapas, amlo y la appo en oaxaca, etc. esa creo yo es la propuesta y alternativa revolucionaria.

    Saludos

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