julio 19, 2009

Estetica Socialista


El Socialismo alentó las ilusiones del movimiento obrero internacional; aquí en México se acoge con particularidades propias, en tanto tiene como consecuencia natural un arte para el pueblo que al ubicarse en muros oficiales se vuelve patrimonio del proletariado; así, existe una relación entre el arte de contenido social y la lucha de clases: el Socialismo es el elemento que le da vida a la Estética Socialista durante la primera mitad del s.XX.


El Socialismo cuenta con lenguaje propio, símbolos nacidos en la revolución bolchevique: el puño izquierdo cerrado y levantado, representa la unión entre iguales y la fuerza de la unidad; la hoz y el martillo representa la unión de campesinos y obreros; la bandera roja que representa el movimiento socialista internacional; la estrella roja de cinco picos representa al movimiento obrero en los cinco continentes.

En México se sustituye la hoz por el machete, que es el instrumento que se utilizaba en el campo mexicano; el fusil se muestra en muchas obras por ser un recuerdo de la Independencia y la Revolución Mexicana, conflictos conocidos en el lenguaje socialista como “luchas de liberación nacional”; el overol del obrero como su uniforme de trabajo lo identifica y existen muchas representaciones de la cruz con diferentes significados, unos para mostrar el papel opresor de la Iglesia Católica o el pensamiento social dentro del Socialismo cristiano que recobra un significado humano y religioso. El elemento natural más utilizado es el sol representando la energía de una nueva sociedad; la representación de la patria se da con una figura de mujer; los animales de rapiña se utilizan para representar la ambición del capitalismo, el más común es el buitre. De este modo, se proyecta una libertad de expresión, autonomía y creatividad en los artistas, quienes se muestran muy concientes de los derechos humanos, dando rienda suelta a los pensamientos independientes alejados de las artes academicistas; desprovistos de pretensiones profesionales, en sus obras aportaron la sensibilidad que propició estilos variados y personales aun dentro de colectivos o talleres; a diferencia de la URSS en México no se exigió una propaganda del realismo socialista.

Para muchos artistas comunistas revolucionarios su primer encuentro teórico no viene del estudio de El Capital de Karl Marx, ni de estudiosos del marxismo, viene con el abanderamiento de las causas populares; así, lograron acercarse a una parte de la sociedad, donde el Partido Comunista Mexicano no podía acceder por los bloques verbales de la propaganda automatizada, no podían penetrar a esos círculos de la población donde la palabra comunista está rodeada de sospechas infundadas por el clero católico alarmada por el materialismo ateo que proclamaba la URSS.

Los artistas procedieron ante esta realidad de varias maneras:
• Conmover estéticamente y educar al mismo tiempo los significados nacionalistas, las luchas sociales y el lenguaje socialista.
• Usando también elementos religiosos para mostrar los crímenes de una institución que supuestamente busca en bien común, estos generalmente tenían bastante impacto.
• Exaltando las culturas indígenas.
• Utilizando personajes de las masas proletarias como protagonistas de los carteles.
• Se manifiestan por un arte ideológico y pedagógico en diversos manifiestos.

El socialista Antonio Gramsci escribió: “Ninguna obra de arte puede dejar de tener un contenido, es decir, puede dejar de vivir ligada a un mundo poético y éste a un mundo intelectual y moral.”
Tal vez los mexicanos no tendríamos esta identidad actual sin las obras de la Escuela Mexicana, los vitrales de Fermín Revueltas, las sinfonías de Carlos Chávez y de otros artistas entregados a esta causa.

Y ciertamente muchas obras mantienen su mensaje en la época actual, pues abordan temas sociales como linchamientos y matanzas indígenas, pero en fechas recientes el mercado mundial promueve un arte Light vacío de significado y libre de propaganda política, llevando al pensamiento “arte que se identifica con la Estética Socialista no es arte” llegando a preocupar y cuestionar si se convirtió en una restricción al trabajo creativo la actual globalización. En esta sociedad de la abundancia floreció la publicidad como obra de arte, a través de una de las manifestaciones más influyentes del cartel moderno: El Pop Art, mito y mixtificación del objeto de consumo.

Con el desarrollo del capitalismo y el ascenso del Imperialismo se dan las bases para la actual comunicación de masas, donde unos, los más poderosos establecidos en las clases dominantes mantienen el control de los mensajes, la eficacia de los medios y un concepto moderno de público, un público para el consumo.



MUSEO DE ARTE CARRILLO GIL, Estética Socialista en México siglo XX, México DF, Ed INBA y RM , 1ª Edición, 2003

NANDA, Leonardini H., El cartel político en América, México DF, Ed. Centro de Estudios Económicos y Sociales del tercer mundo, UNAM Instituto de Investigaciones Estéticas, 1º Edición , 1981

HIJAR S. Alberto, compilador, Frentes, Coaliciones y Talleres, México DF, Ed. CENIDIAP ,1ª Edición, 2007

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