julio 31, 2009

Cartel Soviético y Realismo Socialista








A partir de la Revolución de 1917, el panorama en Rusia cambió en muchos aspectos llegando a influir en el arte que empezó a emplear como medio la producción industrial; esta nueva manera fue reconocida por un amplio sector de artistas de izquierda, cuya finalidad era su trabajo creativo. Para 1918 se crea el emblema del estado soviético, en donde nacen sus tres principales símbol8os: La hoz, el martillo y la estrella de cinco puntas; la estrella incorporaba la unión de los trabajadores proletariados de los 5 continentes y la hoz y el martillo la unión entre el obrero y el campesino.

Aleksandr Vesnin mencionó lo siguiente acerca de la nueva postura:

“Los objetos creados por el artista deben ser construcciones puras, sin ningún lastre de representación. Deben edificarse sobre los principios de la línea recta y la curva construida geométricamente” , estableciendo una definición del por qué se llama Constructivismo. El padre del Constructivismo fue Vladimir Tatlin, quien fue influido inicialmente por las esculturas cubistas realizadas por Picasso con diversos objetos ensamblados. El objetivo de Tatlin era liberar al arte de toda interpretación emocional y burguesa de la realidad en favor de un nuevo lenguaje abstracto basado en las propuestas racionales de la tecnología y de la mecánica industrial. Los representantes más destacados del Constructivismo ruso, aparte de Tatlin, son Naum Gabo, Mikhail Larionov y Aleksander Rodchenko.

Paralelamente y en contraposición al Constructivismo de naturaleza utilitaria de Tatlin, se desarrolla el Suprematismo de Kasimir Malevich, el cual es de orientación fuertemente filosófica, derivada del cubismo, en la que los elementos formales se reducen al triángulo, el cuadrado, la cruz y el círculo; los elementos cromáticos se circunscriben al rojo, negro, azul, blanco y verde. Esta tendencia defiende un arte liberado de fines prácticos y estéticos, es decir, la abstracción pura, expresada por medio de las figuras geométricas, prescindiendo de la apariencia de los objetos.

En los primeros años de la Revolución Rusa, los carteles se convirtieron en los heraldos públicos, con lemas visuales e ilustraciones de apologías políticas. La revolución desarrolló y aprovechó los nuevos recursos de la fotografía y con ellos, las habilidades de diseñadores en la ilustración, para la presentación de estadísticas y cartografía. Los diseñadores produjeron imágenes que trascendieron la objetividad en la presentación poética del progreso soviético, se mantuvo la geometría y los colores primarios del constructivismo abstracto, pero el trabajo más complejo derivó en una forma gráfica que buscaba aclarar su significado.

Hasta que Stalin suprimió el movimiento vanguardista, en Occidente parecía que la Unión Soviética había reconciliado las demandas sociales con la estética revolucionaria y el diseño gráfico se había lanzado como la expresión de la nueva sociedad. Las resoluciones del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) condenaron a ciertos artistas por realizar un arte supuestamente “decadente y burgués”; la persecución totalitaria de la izquierda stalinista lastima a la explosión creativa que surge en el movimiento socialista mundial, y son usadas como argumento principal por quienes critican al arte de contenido político. Así, Juan F. Benemelis menciona lo siguiente acerca de la supresión por parte de Stalin:

En abril de 1932 el Comité Central emite un decreto con respecto a la esfera del arte: “Sobre la reorganización de los grupos literarios y artísticos”

Por medio del cual se ilegalizaban oficialmente todas las corrientes que no fuesen las del realismo socialista, oficialmente consagrada en el famoso Primer Congreso de Escritores dos años después. Stalin exigía el optimismo ante la revolución socialista, los temas apropiados a sus campañas políticas y económicas, la proyección de su figura y el universo de los vanguardistas obreros, los intelectuales y artistas identificados con el realismo socialista y la “cultura proletaria” se veían favorecidas por el aparato estatal, el ejército y otras instituciones. El arrinconamiento del arte analítico, del Primitivismo, del Pos-Impresionismo, el Cezannismo, el Constructivismo, el Suprematismo y demás sería el primer paso para su posterior desaparición. El delito era expresarse en un lenguaje simbólico no claro para el proletariado.

El realismo socialista es una corriente estética cuyo propósito es llevar los ideales del comunismo al terreno del arte. Fue la tendencia artística predominante durante gran parte de la historia de la Unión Soviética

El realismo socialista en su versión más ortodoxa no fue importante en países con otros regímenes políticos, pero ciertas corrientes artísticas tienen analogías con aquél, como el muralismo mexicano de Siqueiros, Rivera y Orozco, caracterizado por un claro compromiso social, una expresa vinculación ideológica con el socialismo y cierto despojamiento de elementos puramente ornamentales o formales en aras de la claridad y eficacia del mensaje social.


ANIKST, Mikhail, Diseño Gráfico Soviético, años 20, Barcelona Esp., Ed. Gustavo Gili, 1ª Edición, 1989

NANDA, Leonardini H., El cartel político en América, México DF, Ed. Centro de Estudios Económicos y Sociales del tercer mundo, UNAM Instituto de Investigaciones Estéticas, 1º Edición , 1981

http://www.neoliberalismo.com, Los bolcheviques y el arte, Juan F. Benemelis

http://www.wikipedia.com

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